La respiración es un acto tan íntimamente unido a nuestra vida que a menudo no lo reconocemos.

La respiración es casi siempre inconsciente, automática; influye en nuestras acciones y emociones y también está influenciada por ellas. Al mismo tiempo podemos intervenir de manera consciente y voluntaria, variandola de muchas formas y con repercusiones a muchos niveles.

En yoga, la respiración es objeto de un aprendizaje en sí mismo. Cuando realizamos prácticas de yoga bien alineadas, empezamos a reconocer que nuestros sentimientos y sensaciones están conectados integralmente con la respiración. Se dice que la mente y el aliento interno se mueven juntos. Cuando la mente se mueve de una forma en particular, el aliento interno se mueve en conjunto con ella, topándose con sensaciones y sentimientos profundos en el camino. De la misma forma, si la respiración se mueve de una cierta manera, esta, estimula o despierta patrones asociados con el pensamiento o la imaginación que se encuentran en la mente. El aliento interno es el prana y la mente es citta. cuando prana o citta vibran, el otro realiza el mismo movimiento. Si logramos tomar conciencia de uno de los dos, podemos ejercer dominio sobre el otro. Esta relación es el secreto profundo de la práctica de hatha yoga.

Existen muchas subdivisiones del prana que describen el movimiento de este en el interior del cuerpo, pero hay dos variantes sobresalientes en la práctica del yoga: prana y apana. El prana es el patrón físico de aquello que se eleva y se extiende. El opuesto es el apana, movimiento que desciende, contrae y enraiza. Sin la inspiración para crecer no se produce el deseo de atravesar la tierra para enraizar.

Los dos patrones se necesitan. Cuando inhalamos, experimentamos físicamente el patrón expansivo, ascendente y extenso del prana. Si simplemente observas el flujo del aire cuando tomas una inhalación larga, notarás que el patrón se inicia alrededor del ombligo. Mediante ese proceso surge una sensación de ascenso y ensanchamiento por los bordes del diafragma; este patrón aumenta mientras sube hacia el corazón. Muchas veces estimula el corazón y como consecuencia la mente se vuelve errante. Después hay un momento al tope de la inhalación que el patrón cambia y apana toma el control. Gradualmente la respiración se relaja y las sensaciones expansivas son reemplazadas con un impulso de retracción hacia el centro del cuerpo. Aquí se produce un descenso, una estabilidad y un enraizamiento en dirección al suelo pélvico para radicarse allí sujetando cuerpo y mente a la tierra.

El proceso primordial del hatha yoga nos invita a explorar profundamente la relación entre la inhalación y la exhalación, observando los patrones opuestos que residen en el cuerpo. Es muy común que el corazón se cierre en algún momento en la exhalación y que cuando inhalamos perdamos el contacto con nuestras raíces. Tambien es normal que al exhalar surja una sensación de ansiedad, un sentimiento abrumador que asemeja el miedo a la muerte ya que el patrón apanico estimula las sensaciones físicas asociadas al cambio. En la práctica del yoga, es interesante cuando inhalamos mantener el foco en permanecer enraizados  y en la exhalación dejamos que la mente permanezca en el corazón. Quizás te estés preguntando que  a ti no te sucede nada de esto o que al practicar yoga hay tantas instrucciones que en lo último que piensas es en la respiración. No te preocupes, esto llega con la práctica y la disciplina, en algún momento te centraras en lo que ocurre en tu cuerpo por dentro y en lo que ocurre con tu respiración.

Unir los polos de la respiración también constituye el proceso fundamental de una práctica fundamental de pranayama. Pranayama es el conjunto de técnicas de respiración que unen prana y apana conscientemente. A través de estas técnicas se aprende a alargar la respiración. Y para qué necesitamos alargar nuestra respiración? Para volverla enfocada y calma y como ya sabes ahora, el movimiento del aliento anima la acción de la mente. Desde este escucha aprendemos también a otorgar un espacio a todos los elementos de la mente y el cuerpo para observarlos sin prejuicio.

De forma gradual cada vez seremos más capaces de tomar el patrón apánico que desciende y atraerlo hacia arriba por el canal central, e igualmente podremos tomar el patrón pránico y presionarlo hacia abajo desde el centro del corazón hasta las raíces del ombligo. Algunos consideran que esta es la verdadera iniciación en la práctica del hatha yoga.

«Son muy pocos los hombres que mueren porque les falte de repente el aire, pero son multitudes las que perecen porque no han estado respirando lo suficiente durante muchos años»

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